Publicado el marzo 15, 2024

Contrario a la creencia popular, la regla del 35% es solo el primer filtro; la verdadera aprobación de su préstamo depende del análisis del «riesgo potencial» que el banco ve en su historial, no solo de sus deudas actuales.

  • Las tarjetas de crédito sin usar, aunque tengan saldo cero, son una «carga fantasma» que reduce drásticamente su capacidad de endeudamiento.
  • El banco conoce todas sus deudas superiores a 1.000 € a través de la CIRBE, una «fotografía» de su salud financiera que usted puede y debe revisar.

Recomendación: Antes de solicitar cualquier financiación, realice una «higiene financiera» de 6 meses para limpiar su informe CIRBE y eliminar estas cargas fantasma, mejorando así sus condiciones.

La pregunta de «cuánto dinero puedo pedir» atormenta a cualquiera que se plantee solicitar una hipoteca o un préstamo personal. La respuesta más común, casi un mantra repetido por doquier, es la famosa regla del 35%: nunca destine más de un tercio de sus ingresos netos a pagar deudas. Es un buen consejo, sí, pero es peligrosamente incompleto. Como analista de riesgos bancarios durante más de dos décadas, he visto a cientos de solicitantes con un ratio impecable ser rechazados, y a otros, aparentemente más justos, recibir la aprobación. ¿Por qué?

La razón es que los bancos no solo miran sus deudas actuales, su «riesgo real». Lo que de verdad obsesiona al comité de riesgos es su «riesgo potencial»: la capacidad que tiene usted de endeudarse mañana mismo, sin nuestro permiso, y llevar su economía al colapso. Esas tarjetas de crédito guardadas «por si acaso» en un cajón, esos pequeños préstamos o incluso un aval a un familiar, son cargas fantasma que pesan en su expediente mucho más de lo que imagina. El banco no se pregunta cuánto debe hoy, sino cuánto *podría llegar a deber* en el peor de los escenarios.

Este artículo no va a repetirle la fórmula del 35%. Este artículo le abrirá las puertas del despacho del analista. Le explicaré cómo interpretamos la información de la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España), por qué tres tarjetas sin usar son una bandera roja y cómo puede realizar una «higiene financiera» proactiva para presentarle al banco la fotografía de solvencia que quiere ver. Olvídese de los cálculos simplistas; vamos a entender la lógica interna para que juegue con las mismas reglas que la banca.

Para guiarle en este proceso de desmitificación, hemos estructurado el análisis en puntos clave que abordan desde el cálculo de su ratio de endeudamiento hasta las estrategias para salir de un posible círculo vicioso. A continuación, encontrará el índice de los temas que vamos a tratar.

¿Por qué destinar más del 35% de sus ingresos a deudas dispara su riesgo de impago?

La regla del 35%, que a menudo se extiende hasta un endeudamiento total máximo del 40% según las directrices del Banco de España, no es un capricho. Es una barrera de seguridad basada en décadas de análisis de datos sobre impagos. Cuando sus obligaciones financieras superan este umbral, su «colchón» financiero para imprevistos se desvanece. Una avería del coche, una visita inesperada al dentista o un simple aumento del Euríbor pueden convertir un mes ajustado en una crisis.

Desde la perspectiva de un analista, un cliente por encima del 35% no solo tiene menos margen, sino que entra en una zona de estrés financiero estructural. Esto significa que cualquier shock, por pequeño que sea, le obligará a tomar malas decisiones: usar crédito para gastos corrientes, retrasar pagos o, en el peor de los casos, dejar de pagar una cuota. El alquiler, aunque no figure en la CIRBE como una deuda, es un gasto fijo que el analista siempre deduce de sus ingresos disponibles, reduciendo aún más el margen real para asumir nuevas cuotas.

Superar este porcentaje es la señal más clara de que una persona está viviendo por encima de sus posibilidades, convirtiéndose en un candidato de alto riesgo para cualquier nueva financiación. Es la primera y más importante línea roja.

Una balanza inclinada peligrosamente por el peso de documentos de deuda frente a unas pocas monedas, simbolizando el riesgo de un ratio de endeudamiento superior al 35%.

Como puede ver en esta representación, el equilibrio financiero es frágil. Pequeños aumentos en el lado de la deuda pueden provocar un desequilibrio desproporcionado y difícil de revertir. Por ello, calcular su situación actual con honestidad es el primer paso para tomar el control.

Su plan de acción: Calcule su nivel de estrés financiero

  1. Sume sus ingresos netos: Anote la cantidad neta mensual, estable y demostrable (nómina, rentas de alquiler declaradas) que ingresa. Ignore ingresos variables o no declarados.
  2. Identifique todas sus deudas: Haga una lista exhaustiva de todas las cuotas mensuales: hipoteca, préstamos personales, financiación de coche, cuotas de tarjetas de crédito, etc.
  3. Calcule su límite de seguridad: Multiplique sus ingresos netos totales por 0,35. Esta es la cantidad máxima que debería destinar a deudas cada mes.
  4. Compare su realidad con el límite: Reste el total de sus cuotas mensuales (paso 2) a su límite de seguridad (paso 3).
  5. Diagnóstico de riesgo: Si el resultado es negativo, significa que ya ha superado el umbral del 35% y se encuentra en una zona de alto riesgo financiero a ojos de la banca.

¿Qué sabe el banco de sus otras deudas y cómo pedir su informe a la CIRBE gratis?

Muchos clientes creen que si no mencionan un pequeño préstamo o una financiación, el banco no lo sabrá. Es un error grave. Antes de que su solicitud llegue a mi mesa, el sistema ya ha consultado la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE). Este informe es la «fotografía» de su vida financiera, un resumen de todos los riesgos que otras entidades han declarado sobre usted.

La CIRBE no es un registro de morosos como ASNEF. Simplemente recoge todos los préstamos, créditos, avales y líneas de crédito que superan los 1.000 euros. Para un analista, no solo revela cuánto debe, sino cómo se financia. ¿Acumula muchos préstamos pequeños de alto interés? ¿Tiene líneas de crédito abiertas que no utiliza? Toda esta información dibuja un perfil de su comportamiento financiero.

Cualquier ciudadano tiene derecho a acceder a su propio informe de forma gratuita para saber exactamente qué información ven los bancos. Conocer esta «fotografía» es el primer paso para poder mejorarla. Como detalla una guía del propio Banco de España, el proceso online es rápido y le dará el poder de anticiparse a las preguntas del analista.

Formas de solicitar el informe CIRBE
Método Tiempo de respuesta Requisitos Coste
Online Pocos minutos Certificado digital o DNI electrónico Gratuito
Presencial En el momento DNI y cita previa Gratuito
Correo postal 10 días hábiles Formulario y copia DNI Gratuito

El peligro de tener 3 tarjetas de crédito sin usar: por qué bajan su capacidad de endeudamiento

Este es uno de los conceptos que más cuesta entender a los solicitantes y una de las principales causas de denegación inesperadas. «Pero si no debo nada en esa tarjeta, ¡ni siquiera la llevo en la cartera!». Da igual. Para un analista, una línea de crédito disponible es una «carga fantasma» que reduce su capacidad de pago futura.

El razonamiento es simple: si usted tiene tres tarjetas con un límite de 2.000 € cada una, tiene un «riesgo potencial» de 6.000 €. Podría gastar ese dinero mañana y añadir una nueva cuota mensual a sus gastos sin nuestro control. Por norma general, el banco calcula una cuota teórica para ese crédito disponible (normalmente entre el 3% y el 5% del límite total) y la suma a sus deudas actuales a la hora de calcular su ratio de endeudamiento.

Un caso práctico lo ilustra a la perfección: un análisis de un portal hipotecario detalla cómo una pareja con 2.500€ de ingresos vio reducida su capacidad de endeudamiento. Aunque su límite teórico era de 875€ (el 35%), la existencia de 6.000€ en límites de tarjetas sin usar hizo que el banco les restara una cuota «potencial» de 175€, bajando su capacidad real a solo 700€ y poniendo en jaque su hipoteca.

Varias tarjetas de crédito apiladas, proyectando una sombra sobre un documento hipotecario para ilustrar su impacto negativo oculto.

Esas tarjetas olvidadas en un cajón son un ancla para sus finanzas. No son un símbolo de solvencia, sino una bandera roja de riesgo latente. Cancelarlas activamente antes de solicitar un préstamo importante es una de las acciones más inteligentes que puede realizar.

¿Cómo «limpiar» su historial financiero en 6 meses para conseguir mejores condiciones?

Si la CIRBE es una fotografía, usted tiene el poder de decidir cómo posa para ella. Realizar una «higiene financiera» durante los seis meses previos a una solicitud importante puede cambiar radicalmente la percepción del banco y las condiciones que le ofrezcan. No se trata de engañar, sino de presentar su mejor perfil de riesgo.

El primer mes, el objetivo es el diagnóstico: solicite sus informes CIRBE y ASNEF. Necesita saber con exactitud qué deudas figuran y si existe algún apunte de morosidad, por pequeño o injusto que sea. El segundo mes, ataque las microdeudas y los posibles errores. Salde cualquier pequeña deuda pendiente y, si estaba en un fichero de morosos, reclame el borrado inmediato presentando el justificante de pago. Un historial limpio de impagos es innegociable.

El tercer mes es clave: cancele activamente todas las tarjetas de crédito que no sean estrictamente necesarias. Quédese con una, como máximo dos. Llame a su banco, solicite la baja y pida un certificado de cancelación. Al mes siguiente, esa «carga fantasma» desaparecerá de su informe CIRBE. Durante los meses cuarto y quinto, si tiene capacidad, amortice anticipadamente parte de los préstamos personales con mayor TAE y centralice sus ingresos y domiciliaciones en un único banco. Esto proyecta una imagen de orden y control.

Finalmente, en el sexto mes, solicite un nuevo informe CIRBE. Compare la nueva fotografía con la de hace seis meses. El resultado será un perfil de riesgo mucho más bajo, con menos deudas potenciales y una estructura financiera más sólida. Al sentarse a negociar, no será usted quien pida un favor, será un cliente solvente que analiza una oferta.

¿Cuándo pedir a un familiar que le avale es poner en riesgo su patrimonio y su relación?

Cuando la capacidad de endeudamiento no es suficiente, surge la opción del aval. Un padre, un hermano, un amigo… parece una solución sencilla, un simple gesto de confianza. Pero desde el punto de vista legal y financiero, es una de las decisiones más peligrosas que se pueden tomar, tanto para el avalista como para la relación personal.

El problema reside en una cláusula que se incluye en la práctica totalidad de los contratos de préstamo en España: la renuncia a los beneficios de orden, división y excusión. En lenguaje llano, esto significa que el avalista se convierte en deudor al mismo nivel que usted. No es un plan B para el banco; es un plan A alternativo. Si usted falla en un solo pago, el banco no tiene por qué intentar cobrarle a usted primero. Legalmente, puede ir directamente contra el avalista y su patrimonio.

La dureza de esta figura queda reflejada en la propia normativa, que blinda la posición de la entidad financiera. Como establece la jurisprudencia basada en el Código Civil Español sobre la renuncia a estos beneficios, la implicación es absoluta y directa.

El banco puede ir directamente contra el patrimonio del avalista sin siquiera intentar cobrar al deudor principal.

– Código Civil Español, Normativa sobre renuncia a beneficios de orden, división y excusión

Pedir un aval es, en esencia, pedir a un ser querido que apueste todo su patrimonio (su casa, sus ahorros, su nómina) a que usted nunca fallará. Antes de dar ese paso, debe preguntarse si el préstamo que solicita merece poner en un riesgo tan extremo a la persona que más confía en usted. En la mayoría de los casos, si el banco le exige un aval es porque considera que su perfil es demasiado arriesgado. La solución no es transferir ese riesgo a un familiar, sino trabajar en mejorar su propia solvencia.

Ratio de endeudamiento: ¿cómo calcular si está técnicamente en quiebra doméstica?

Si el 35% es el umbral de la prudencia, existe un territorio mucho más peligroso: el de la quiebra técnica doméstica. Este término no es oficial, pero en el argot bancario lo usamos para describir una situación en la que la estructura financiera de una familia es insostenible a medio plazo, incluso si todavía consigue llegar a fin de mes. El colapso es solo cuestión de tiempo.

El indicador más claro es un ratio de endeudamiento que se dispara por encima del 50%. De hecho, diversas fuentes del sector financiero coinciden en que una ratio superior al 50-60% de endeudamiento indica una situación de quiebra doméstica de facto. Cuando más de la mitad de sus ingresos se destinan a pagar deudas, ha perdido por completo el control. No hay capacidad de ahorro, no hay margen para imprevistos y cualquier nuevo gasto solo puede financiarse con más deuda, alimentando la espiral.

Es una situación de supervivencia financiera, no de vida. Las decisiones ya no se toman pensando en el futuro, sino en cómo superar las próximas semanas. Hay varias señales de alerta que indican que se está acercando o ya se ha cruzado esta línea roja:

  • Pagar una tarjeta de crédito con otra: Es el síntoma clásico de que el flujo de caja es negativo.
  • Retrasar pagos de suministros: Postponer el pago de la luz, el agua o el gas para poder pagar la cuota de un préstamo.
  • Pedir anticipos de nómina recurrentemente: Demuestra que sus ingresos ordinarios ya no son suficientes para cubrir sus gastos fijos.
  • Incapacidad total de ahorro: Si durante más de tres meses consecutivos su ahorro es cero o negativo.
  • Necesitar crédito para gastos básicos: Recurrir a financiación para la compra semanal o la gasolina es la última bandera roja.

¿Por qué sus cuotas mensuales nunca deben superar el 35% de sus ingresos netos?

Ya hemos establecido el 35% como una regla de prudencia, pero es vital comprender el efecto dominó que se desencadena al ignorarla. No es un simple número; es el punto de inflexión donde la deuda deja de ser una herramienta para convertirse en una trampa. Superar este umbral no solo le pone en el radar de riesgo del banco, sino que inicia una reacción en cadena que destruye su salud financiera desde dentro.

El primer dominó que cae es el ahorro. Con más de un tercio de sus ingresos comprometidos, su capacidad para guardar dinero para el futuro o para imprevistos se reduce a cero. Sin ahorro, el segundo dominó, el colchón de emergencia, desaparece. Cuando surge un gasto inesperado (y siempre surge), no tiene fondos propios para cubrirlo.

Esto provoca la caída del tercer dominó: el recurso al crédito fácil. Tira de tarjeta de crédito o pide un micropréstamo rápido para solucionar el imprevisto. Esta acción hace caer el cuarto dominó: el aumento de su ratio de endeudamiento, ya que ahora tiene una nueva cuota que pagar. Ha entrado oficialmente en la espiral de la deuda, donde cada nuevo problema se «soluciona» con una nueva deuda, empeorando la situación estructural.

Como analista, cuando veo un historial que sigue este patrón, sé que el cliente ha perdido el control. No importa cuán altos sean sus ingresos; su estructura financiera es inherentemente inestable. Por eso, mantener las cuotas por debajo del 35% no es una recomendación, es la única estrategia sostenible para que la deuda trabaje para usted y no en su contra.

A recordar

  • La regla del 35% es una guía de prudencia; superarla le convierte en un perfil de alto riesgo para la banca.
  • El banco evalúa su «riesgo potencial» (líneas de crédito sin usar) tanto como sus deudas reales, lo que se conoce como «cargas fantasma».
  • Revise y limpie su informe CIRBE al menos 6 meses antes de solicitar financiación importante para obtener mejores condiciones.

¿Cómo salir del círculo vicioso de pagar deuda con más deuda antes de que sea tarde?

Si se ha visto reflejado en la espiral de deuda, la sensación puede ser abrumadora. Sin embargo, existen métodos probados para recuperar el control. La clave es dejar de tapar agujeros y empezar a construir una salida estratégica. No todas las deudas son iguales, y es fundamental distinguir entre la deuda «mala» (la de consumo, con intereses altos, como las tarjetas revolving) y la deuda «buena» (la de inversión, como una hipoteca para su vivienda).

Existen dos estrategias principales para atacar la deuda existente: el método «Avalancha» y el método «Bola de Nieve».

El método Avalancha es, desde un punto de vista puramente financiero, el más eficiente. Consiste en ordenar todas sus deudas de mayor a menor tipo de interés (TAE) y concentrar todos sus esfuerzos de pago extra en la que tenga el interés más alto, mientras paga el mínimo en las demás. Una vez liquidada la primera, pasa a la siguiente con el TAE más alto. Este método le ahorra más dinero en intereses a largo plazo.

El método Bola de Nieve, por otro lado, se enfoca en la psicología. Se ordenan las deudas de menor a mayor importe, sin importar el tipo de interés. Se concentra en liquidar la deuda más pequeña primero. Al conseguirlo rápidamente, obtiene una victoria moral y una motivación extra para seguir con la siguiente. Aunque puede ser ligeramente más caro en intereses, para muchas personas es más efectivo porque mantiene el impulso.

Ambos métodos exigen disciplina, pero ofrecen una hoja de ruta clara para recuperar el control. El primer paso es elegir una estrategia y comprometerse con el plan para romper el ciclo de la deuda.

Si la situación es compleja, no dude en buscar ayuda. Organizaciones españolas como ADICAE o ASUFIN ofrecen asesoramiento experto para particulares sobreendeudados, pudiendo ayudarle a negociar con las entidades financieras y encontrar una solución viable antes de que la situación sea irreversible. Buscar consejo profesional no es una señal de fracaso, sino el primer paso hacia la recuperación.

Preguntas frecuentes sobre Hasta cuánto puede endeudarse realmente según su nómina y sus cargas familiares?

¿Qué responsabilidad asume exactamente un avalista?

El avalista responde con todo su patrimonio presente y futuro de la deuda del avalado, sin límites de cantidad ni tiempo. En la práctica, se convierte en deudor solidario, con el mismo nivel de obligación que el titular del préstamo.

¿Puede el banco embargar directamente al avalista?

Sí, en la mayoría de contratos bancarios españoles el avalista renuncia a los beneficios legales de orden y excusión. Esto permite al banco actuar judicialmente contra él y embargar sus bienes directamente sin necesidad de haber intentado cobrar primero al deudor principal.

¿Existen alternativas al aval personal?

Sí, aunque dependen del tipo de financiación. Algunas alternativas son los seguros de protección de pagos, la pignoración de activos financieros (dejar en prenda un fondo de inversión o acciones) o, en casos muy específicos como la compra de vivienda para jóvenes, los avales públicos ofrecidos por el Estado o algunas comunidades autónomas.

Escrito por Marta Garrido, Ex-directora de sucursal bancaria con 12 años de experiencia en concesión de hipotecas y riesgos. Especialista en operativa bancaria diaria, negociación de comisiones y productos de financiación personal.